Venezuela en Noticia
Noviembre 19, 2014.- Para todo aquel que dícese opositor confeso, Gringolandia es la salvación (lejana, como toda salvación) a la penuria castrocomunista profundizada por Maduro. La "panacea" de la abundancia, del progreso, de la compra excesiva y constante, del salario rendidor, del ahorro a futuro, dilata las pupilas oculares (y otras cavidades) de aquel ofendido aspirante que sufre ante el alto costo de la vida: carestía inflacionaria vestida de rojo (y no precisamente la investidura de Santa especulador) que le impide cambiar de carro, nevera, cocina, lavadora y televisor cada año. Aquí su reflejo en el espejo extraviado de la ruina capitalista.

  1. En Gringolandia eso de sueldo mínimo que aumenta cada primero de mayo no existe. Lo que hay es una tasa federal, es decir, una media de 7 dólares por hora que representa el mínimo de subsistencia para el gringo medio(cre). Esta tasa la coloca el Gobierno Federal, a saber, el negrito Obama.
     
  2. Esto no es más un grito al aire, la descentralización político-administrativa permite que los estados de la Unión utilicen de papel tualé las palabras del negrito de la Casa Blanca, con todo y tasa. La dominación imperio adentro es tan bestial que pueden decidir cuánto y cómo pagar en cada uno de sus reductos territoriales, aún por encima de aquel que fue elegido por la mayoría para defenderlos.
     

  3. Es el proyecto de Ocariz, Capriles, Ledezma y Smolansky: la descentralización tercerizante y privatizadora. La verdadera democracia marca Polar.
     

  4. En Gringolandia existen estados que no poseen ni una miserable ley de salario mínimo. Neoliberalismo pujante dirían los expertos. Estos estados son Tennessee, Louisiana, Mississippi, Alabama y Carolina del Sur. De hecho, este ha sido un factor determinante en la quiebra de la ciudad de Detroit y los grandes cordones industriales del centro-este norteamericano (Michigan e Illinois) cuyas legislaciones laborales al menos amagan con "proteger" a sus trabajadores. Los estados del sur provocaron la deslocalización paulatina de sectores claves de la industria (como el automotriz) precisamente por la total ausencia de una legislación laboral.
     

  5. Dichas poblaciones cobran muy por debajo de la tasa federal de Washington y en el caso de Mississippi, donde habita la importantísima corporación Peavey Electronics Corporation, uno que otro trabajador puede ser bendecido con par de audífonos como parte del pago mensual. O en el caso de Tennessee, donde pagan con estampillas y sobres para cartas, pues ese territorio le pertenece a la Corporación FedEx.
     

  6. Los estados que se presentan a continuación sí poseen una ley de salario mínimo, sólo que es bastante inferior a la media federal. Cinco dólares aproximadamente por hora sudorosa. Dakota del Norte, Dakota del Sur, Idaho, Utah, Nebraska, Kansas, Oklahoma, Texas, Iowa, Wisconsin, Indiana, Kentucky, New Hampshire, Pennsylvania, Maryland, Virginia, West Virginia y North Carolina. Muchos de estos estados son reservorios petroleros, gasíferos y de minerales. También se encuentran los burdeles hoteleros neocolonizados: Puerto Rico, Hawaii e Islas Vírgenes. Medida neoliberal que fue necesaria luego de la invasión para hacer accesible y ahorrador el despilfarro obsceno de las clases pudientes.
     

  7. Más de la mitad de la población norteamericana vive sin salario mínimo, sin protección social y gubernamental de ningún tipo. Echados a la buena de Dios Progreso: las empresas transnacionales que configuran el verdadero gobierno de ese país, el Estado profundo. Las elecciones y la democracia soñada que tanto proclaman son puro espectáculo: por eso "eligieron" a Obama, para tener algún divertimento novedoso que les ayude a pasar el trago amargo viendo la pantalla en sus viviendas hipotecadas.
     

  8. La mayoría de los gringos viven con 800 dólares al mes en el mejor de los casos. Dado que la salud, la educación y los servicios básicos están privatizados, la devaluación del salario mínimo se hace cotidiana. Allá no falta ni una gasa, pero córtese un dedo para que usted vea cómo le quitan un mes de trabajo por una simple sutura. Por eso es mejor comprarse un Play 4 con la tarjeta de crédito y pedir pizza a domicilio, el ahorro está en no arriesgarse. El proyecto sociopolítico del estrés, la histeria y el pánico hecho realidad. La tragedia silenciosa contada desde la obesidad.
     

  9. Se cae la ilusión consumista nacional que desea equipararse con el ciudadano medio(cre) gringo. Sume el precio en Amazon de una lavadora, un televisor pantalla plana, más un equipo de sonido cabilla, también métale un Play y no se olvide de la nevera y verá que la vaina supera dos "salarios mínimos" de allá. Ahorrando mucho y no enfermándose durante un año (lo cual es jodido en la obesa sociedad norteamericana) capaz el gringo pueda adquirir dos de estos productos. Pero tendrá que elegir entre viajar y saciar sus gustos cosmopolitas (pagando el combustible bien caro, no como acá que está subsidiado) o lanzarse la desbandada consumidora.

    El Black Friday, en tal sentido, es la representación de una cultura económica específica de los gringos: ahorrar cayéndose a coñazo con el otro, disputándose un televisor descontinuado, un equipo de sonido medio quemado en una de las cornetas o una videograbadora obsoleta. Es la única forma de estirar el salario y renovar los bienes de consumo cada año, independientemente del estado en que estos objetos se encuentren. Tengo un ipod nuevo, sólo que es usado y tiene la pantalla rota, ¡nice!



    Si usted se enferma no tiene que dejar pegado el salario mínimo por una pastilla o por una consulta. Ahí están los CDI para que sea atendido cuando lo requiera. El chamito, desde que nace hasta que llega a la adultez, tiene su educación garantizada. Si se comporta y le baja dos al consumo eléctrico, el Gobierno lo ayuda y le subsidia una parte importante. Si las casas en el barrio están jodidas, se reúne con sus iguales, se organiza y el Gobierno aporta para mejorar la situación. Con todo y eso, el salario mínimo aumentó 45% este año.



    Relájese, tómese un café, salga a pasear con la familia, compre lo justo y ahorre. No sea un ciudadano medio(cre).


    MISION VERDAD

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